«Qué extraña es la vida —ese misterioso acuerdo, de una lógica cruel, y
con un propósito inútil—. Lo más que se puede esperar de ella es alcanzar
cierto conocimiento de uno mismo —cosa que sucede demasiado tarde—, y con una
cosecha de interminables reproches. Yo he luchado con la muerte. Es el combate
menos emocionante que pueda imaginarse. Tiene lugar dentro de una impalpable
neblina gris, sin nada en qué apoyarse, sin nada a tu alrededor, sin
espectadores, sin aplausos, sin gloria, sin ese gran deseo de victoria, sin
miedo a la derrota, en una atmósfera enfermiza llena de tibio escepticismo, sin
mucha fe de tu lado, y todavía menos del de tu adversario. Si tal es la forma
de la sabiduría definitiva, entonces la vida es un enigma mayor de lo que
algunos creemos.»
Hojeando apuntes, papeles y
libretas encontré este breve texto manuscrito con mi letra. Siempre he pecado
de ser extremadamente crítico con lo que escribo. Dicho de otro modo, padezco
una inseguridad supina. Gran defecto. Así, mientras iba leyendo aquellas líneas
me gustaba lo que había escrito. Sin duda la idea era mía pero esa manera de
escribir…, no podía dar crédito a que yo fuera el autor. Aún así no pude evitar
percibir ciertas limitaciones que debía pulir con el tiempo y algo más de técnica.
Toda reflexión terminó cuando
llegado al final del escrito, también de mi puño y letra, aparecía como firma: «El corazón de las tinieblas, de Joseph
Conrad»
Por suerte ahora puedo disfrutar
plenamente del excelente párrafo, al que, por cierto, ya no encuentro ningún
defecto.
Describes muy bien lo que, a veces, resulta tan curioso.
ResponderEliminarEs buen criterio ser crítico con la propia obra, si es posible sin derivar en la inseguridad... pero eso es la forma de la sabiduría definitiva.
ResponderEliminarEse fragmento de Conrad es muy hermoso. Y sí, la vida es un enigma.
Un abrazo!!
Al adolescente que fue una vez el librero le pasó eso con el rif de Smoke on the water. Sólo que el, por carecer de tu gran defecto, estuvo una temporada convencido de que se le había ocurrido una genialidad. El descubrimiento de que ya existía estuvo cargado de un inconmensurable sentimiento de injusticia, y la posterior conclusión de que ni siquiera se trataba de una coincidencia sino que, más bien, el rif lo había oído alguna vez antes de "inventarlo" resultó un tanto humillante. Con el paso del tiempo, además, me ha parecido que el rif no es una genialidad y ni siquiera gran cosa, muy lejos de lo mejor de Deep Purple. Lo que es la vida.
ResponderEliminarEn tu caso particular, en fin, es mucho más paradójico, yo diría que un tanto inquietante incluso... Me estoy imaginando que en su momento -posibilidad seguramente remota esta- no hubieras apuntado al final el nombre del autor y de la obra y lo hubieras corregido ahora hasta mejorarlo... ¿no se te ponen los pelos de punta?
Sin embargo, con algunos autores sí que deberíamos ejercer la crítica como con nosotros mismos.
ResponderEliminarSaludos
joder que parrafo mas brutal; no lo conocia, me lo apunto; seguro que eres capaz de escribir cosas similares
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