Una buena novelista cercana a los
cincuenta, los componentes de un grupo de rock, un productor musical, unos estudiantes
disolutos y el tiempo, tiempo a espuertas, elipsis van y analepsis vienen.
Estos son los ingredientes de esta interesante novela, dicho sea en el aspecto
técnico. Porque la historia no cuenta nada que no se haya dicho en otras miles
de novelas contemporáneas. Al final todo esto de la literatura del siglo XXI va
a consistir en contar lo mismo millones de veces con el único aliciente de
encontrar quien lo escribe mejor. Y es que el argumento de El tiempo es un canalla me ha recordado mucho a la famosa novela Libertad, de Franzen (reseñada en este
blog).
Esto de vivir en la zona rica del
planeta acaba poniendo de los nervios: la crisis de los cuarenta suele
desembocar en el divorcio. Pero parece ser que llegados a los cincuenta existe
otra crisis que estriba en contar la vida de uno y sus amigos desde la época
universitaria porque antes de eso todas las vidas son idénticas. Así que si
sabe escribir decentemente puede intentar que le publiquen una novela con la
historia de sus amigos de generación; otra historia más de lo mismo. Escríbase
bien, que destaque, que sobresalga porque de lo contrario aburrirá a las
ostras, recuerde que miles de novelistas antes que usted ya escribieron sobre
lo mismo exactamente y muchos de ellos muy bien.
He leído la novela con interés, no
se hace pesada. La narración es amena y el lector se desliza por la historia
sin esfuerzo. La autora maneja a la perfección uno de los recursos más
importantes de una novela: los detalles.
Como nunca hablo del argumento y
mucho menos lo destripo, poco más tengo que decir de esta novela. Si acaso que
los protagonistas están muy bien formados y que el cambio o evolución de sus
personalidades se plasma fácilmente con la difícil técnica de usar el tiempo
con maestría. Una cosa por la otra.
Hay gente a la que le encanta el
cine y no le gusta especialmente el género del oeste. Ahora bien, a pesar de
ello debe reconocer que Sin perdón,
de Clint Eastwood es una obra maestra.
El tiempo es un canalla es una buena novela, aunque (a mí) la
historia que cuenta no me transmite nada nuevo digno de mención, sí su manera
de contarla aunque a veces peque de no saber (o no poder) ocultar sus ansias de hacer algo nuevo.